Participación de Santiago Mediano en un reportaje de Cinco Días
Con la extensión del uso de la inteligencia artificial en el mundo del derecho están surgiendo nuevos roles
La inteligencia artificial (IA) ya está teniendo un impacto directo en el sector legal. Según los últimos datos publicados por la Harvard Business Review, la IA impactará en el 45% del trabajo que se efectúa en el área jurídica. Pero este elevado porcentaje no tiene por qué ser negativo para la abogacía. Al contrario, el uso de estas tecnologías está teniendo una acogida positiva dentro del sector, debido a las ventajas que la utilización de estas herramientas supone en la optimización y eficacia de los abogados a la hora de desempeñar labores que requieren cierto tiempo de preparación.
La llegada de estas tecnologías es una realidad y se convertirá en una práctica cotidiana en la abogacía más pronto que tarde. La inteligencia artificial será una herramienta en la que los profesionales del derecho se apoyen para realizar determinadas tareas con menos esfuerzo. Lo que permite, tanto al letrado como al cliente, ganar en tiempo, productividad y eficiencia. “Los abogados tienen que convertir la inteligencia artificial no en un competidor, no en su enemigo, sino en una aliada. Ignorarla sería tan osado como intentar ahora desarrollar cualquier trabajo sin contar con internet o con los teléfonos móviles”, señala Santiago Mediano, abogado especializado en propiedad intelectual, robótica e inteligencia artificial.
Este escenario, sin embargo, también genera preocupación a los juristas. A menudo se cuestionan si el desarrollo de estas tecnologías terminará por sustituirlos. Para Mediano, la respuesta es clara: la IA nunca podrá sustituir al ser humano. “Hay facultades, como la justicia, que no pueden quedar en manos de una máquina, porque es uno de los elementos más básicos de la sociedad humana, es una de las manifestaciones más relevantes de la existencia del propio Estado”, recalca el experto.
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